Y después de tres meses, los tres meses de invierno, tiempo que sin duda Pablo mejoró, como verdadero obrero en la viña del Señor. Partimos en un barco de Alejandría, cuyo signo era Cástor y Pólux. Dos fabulosas semideidades de los griegos y los romanos, de quienes se decía que eran los hijos de Júpiter y Leda, y, trasladados a los cielos, formaron la constelación llamada Géminis. , o los Gemelos , una constelación que, cuando apareció, se consideró propicia para los marineros.

Y, como era costumbre de los antiguos tener imágenes de sus dioses, tanto en la proa como en la popa de sus barcos, este barco alejandrino las tenía, ya sea en su proa o en su popa. Y, sin embargo, en un barco que tenía una imagen tan idólatra, Pablo no se negó a navegar, considerándolo solo como el nombre del barco.

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