Y desde los días de Juan el Bautista , es decir, desde el momento en que dio su testimonio público hasta la llegada del Mesías, o desde el momento en que cumplió su ministerio, el reino de los cielos, la dispensación que admite a todas las personas por igual, sobre su arrepentimiento y fe, sufre violencia, y los violentos la toman por la fuerza Los espíritus de los hombres están tan excitados y animados por un deseo por este reino, que es, por así decirlo, atacado como una ciudad sitiada, hombres de todo tipo presionando para meterse en ella, con una violencia como la de los hombres que están tomando un lugar por asalto.

Como si hubiera dicho: “Multitudes se congregan a mi alrededor, para ser instruidas sobre la naturaleza de mi reino; y algunos, que anteriormente eran de los más licenciosos caracteres, y considerados totalmente incapaces de ser súbditos del reino del Mesías, están decididamente decididos a disfrutar de las bendiciones del mismo ”. El que tiene oídos para oír, oiga. Una especie de expresión proverbial, que requiere la más profunda atención a lo que se dice.

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