Tampoco subí a Jerusalén. Lo que dice el Apóstol en este versículo y en el anterior, es para demostrar a los Gálatas la plena seguridad que tenía de la verdad y perfección del Evangelio, que había recibido de Cristo por revelación inmediata; y cuán poco estaba dispuesto a tener en cuenta el agrado de los hombres al predicarlo; de tal manera que ni siquiera se comunicó o aconsejó a ninguno de los Apóstoles al respecto, para ver si lo aprobaban o no.

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