Cuando pasaron la primera y la segunda sala, la primera y la segunda guardia, donde se colocaron los guardias para asegurar la prisión. Heylin lo hace muy agradable al griego, primer y segundo guardia. Entre los orientales era habitual revestir sus puertas con gruesos hierros. Pitts nos dice que Argel tiene cinco puertas; y algunos de estos tienen dos, otros tres puertas dentro de ellos; y algunos de ellos están cubiertos de hierro grueso: y el obispo Pocock nos dice lo mismo de algunas puertas no lejos de Antioquía. El ángel, habiendo conducido a San Pedro a la calle, lo dejó; porque cuando las cosas están dentro del poder de los hombres, es una locura y una presunción esperar una ayuda extraordinaria.

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