Entonces vinieron los judíos alrededor de él, etc. Mientras nuestro Señor caminaba por el pórtico de Salomón, los judíos vinieron y le pidieron que los aclarara, si él era el Mesías o no. Sabía bien que no venían en busca de información real: como no les era lícito dar muerte a ningún hombre, lo único que querían era material suficiente para acusarlo ante el poder gobernante: por esto miraban, de esto estaban tan ansiosos deseoso, y esto los hizo tan fervientes para una declaración en palabras expresas de su propia boca, que él era el Mesías. No es que hubieran creído en él más por tal declaración de sí mismo, que por sus milagros u otras formas de darse a conocer, que parece que entendieron muy bien.

Pero querían palabras sencillas y directas, que pudieran respaldar una acusación y ser de peso ante un juez pagano. Si eres el Mesías, dínoslo claramente; es decir, con palabras directas, como expresar la cosa sin figura y sin reserva alguna; porque, que San Juan usó la palabra traducida claramente en ese sentido, aprendemos del cap. Juan 11:11 .

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