Mucha gente que había venido a la fiesta, etc.— Habiendo llegado a la ciudad la noticia de la llegada de nuestro Señor, gran número de personas que habían venido del campo para asistir a la fiesta y que tenían una opinión favorable de su carácter, fueron adelante con palmas en la mano, los habituales emblemas de victoria y triunfo, para darle la bienvenida como Mesías a la capital. Vea las notas sobre los lugares paralelos.

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