Y por cierto, no saludes a nadie. Las instrucciones dadas a los setenta en esta ocasión fueron casi las mismas que las dadas a los doce; sobre lo cual, véanse las notas sobre Mateo 13 . Sólo ordenó a los setenta que no dedicaran tiempo a saludar a las personas que encontraran en el camino, pues el tiempo asignado para recorrer las ciudades era muy corto.

La frase no saludes a nadie por cierto, implica el mayor desenvolvimiento, como se desprende de 2 Reyes 4:29 . Porque los saludos orientales eran sumamente tediosos, y consistían en largos deseos de felicidad a la persona saludada y en preguntas muy particulares acerca de su bienestar.

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