Para los hombres es imposible, pero no para Dios, etc. Esto es, en verdad, absolutamente imposible para cada hombre por su propio poder; pero no es así para la misericordia y el poder de Dios, con quien nada es demasiado difícil de hacer: él puede hacer un cambio efectivo en el corazón mediante la gracia regeneradora, y capacitarlo para entregar libremente toda la riqueza de este mundo, y todo lo que es más querido para él aquí, cuando compiten conmigo y con las bendiciones de mi reino, y cuando él les exige una renuncia para su gloria.

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