III.

(1) ¿Empezamos de nuevo a elogiarnos a nosotros mismos? - El MSS. presentar varias lecturas: "¿Empezamos de nuevo a recomendarnos a nosotros mismos [no, no es así], a menos que deseemos [lo que no queremos] cartas de recomendación?" pero el texto Recibido está suficientemente respaldado y da un significado más claro y simple. Aquí, de nuevo, tenemos que leer entre líneas. Tito le ha contado a San Pablo lo que se ha dicho de él en Corinto.

Refiriéndose, probablemente, a lo que había dicho en su Primera Epístola en cuanto a la "sabiduría" que predicaba ( 1 Corintios 2:6 ), el haber "puesto los cimientos" ( 1 Corintios 3:10 ), su morar en sus sufrimientos. ( 1 Corintios 4:11 ), su predicación gratuita ( 1 Corintios 9:15 ) como algo de lo que se gloriaba, se habían burlado de él como siempre “recomendándose a sí mismo.

”Ellos habían agregado que no era de extrañar que lo hiciera cuando no tenía cartas autorizadas de elogio de otras iglesias, como las que trajeron otros maestros. Tan pronto como las palabras “No somos como muchos” salieron de sus labios, se le ocurrió la idea de que se volverá a decir lo mismo. Lo oye decir, por así decirlo, y da su respuesta.

¿Necesitamos, como algunos otros, epístolas de encomio para ti? - Nos quedamos para conjeturar a quiénes nos referimos así. Posiblemente, algunos miembros del grupo de Apolos habían contrastado las cartas que había traído de Éfeso ( Hechos 18:27 ) con la falta de San Pablo. Posiblemente los maestros judaizantes que nos conocieron en 2 Corintios 11:13 habían venido con credenciales de esta naturaleza de la Iglesia de Jerusalén.

El tono indignado en el que habla San Pablo indica la última visión como la más probable. Las “cartas de encomio” merecen atención como un elemento importante en la organización de la Iglesia primitiva. Un cristiano que viajaba con una carta así de cualquier Iglesia seguramente encontraría una bienvenida en cualquier otra. Garantizaron a la vez su solidez en la fe y su carácter personal, y sirvieron para dar realidad a la creencia en la “comunión” de los santos, como secuela necesaria del reconocimiento de una Iglesia católica o universal.

Es significativo del papel que habían desempeñado en la victoria social de la Iglesia cristiana que Julián trató de introducirlos en el sistema en decadencia que buscaba galvanizar en una vida imitativa (Sozomen. Hist. V. 16).

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