Un hombre arrojará sus ídolos de plata ... - La imagen del terremoto aún continúa. Los hombres que se han refugiado en las cuevas arrojan a los ídolos, que han encontrado impotentes para ayudarlos, a los topos y murciélagos que allí tenían su morada. Quizás sea significativo que los animales así nombrados fueran proverbiales por su ceguera y amor por la oscuridad. Tales, parece decir el profeta, eran los custodios adecuados de los ídolos a quienes nadie podía adorar excepto aquellos que odiaban la luz y eran espiritualmente ciegos.

Que hicieron cada uno para él. - Mejor, que ellos (los talladores del ídolo) hicieron para él (el adorador).

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