Sin embargo, entre los principales gobernantes también muchos creyeron en él. - Esto se afirma fuertemente en oposición a la ceguera espiritual de la nación. No obstante, hubo muchos, incluso en el mismo Sanedrín, que creyeron en él.

Pero a causa de los fariseos no confesaron. - Comp. Nota sobre Juan 9:22 . Parece del presente pasaje que los fariseos eran los enemigos más decididos de Cristo, y que incluso los gobernantes estaban asombrados por su amenaza de excomunión. Esta sumisión al yugo de los fariseos que los alejaba de Cristo cegaba sus ojos y endurecía sus corazones.

Por tanto, son a la vez la excepción y la ilustración del principio del que hablaba San Juan. Tenían el poder de ver la verdad, pero no tenían la voluntad de afrontar con valentía los resultados de sus propias convicciones, y el poder no utilizado dejó de existir. (Comp. Romanos 10:10 .)

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