Y cuando volvió en sí mismo. - La frase es maravillosamente sugerente. La culpa del hombre era que había sido autoindulgente; pero había estado viviendo para un yo que no era su verdadero yo. El primer paso en su arrepentimiento es despertar como de un sueño maligno, y ser consciente de su mejor naturaleza, y luego viene el recuerdo de días más felices que es como “la corona del dolor del dolor”. Los “jornaleros” son obviamente los que sirven a Dios, no con espíritu de amor filial, sino con la esperanza de una recompensa.

Incluso en esa forma inferior del deber, encuentran lo que satisface sus deseos. No tienen el anhelo del deseo insatisfecho que siente el hijo que ha abandonado su filiación. Los envidia y le gustaría ser como son.

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