Versículo 22. Por tanto, las lenguas son por señal... El don milagroso de lenguas nunca fue diseñado para el beneficio de los que ya han creído, sino para la instrucción de los incrédulos, para que puedan ver de tal milagro que esto es la obra de Dios; y así abrazar el Evangelio. Pero así como en los tiempos del profeta, las lenguas extrañas de Babilonia vinieron a modo de castigo, y no de misericordia, tened cuidado de que no sea el caso ahora: que, al deteneros en el don, os olvidéis del Dador, y lo que fue diseñado para vosotros como una bendición, os resulte una maldición. Porque si, por tener el don de lenguas, elegís para vuestro propio engrandecimiento usarlas en la congregación pública donde nadie las entiende, Dios puede maldecir vuestras bendiciones.

Profetizar... Enseñar las cosas de Dios en una lengua conocida es infinitamente más importante que hablar en todas las lenguas extranjeras del universo.

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