Verso 31. El Dios y Padre de nuestro Señor... He aquí una aseveración muy solemne ; un llamamiento al siempre bendito Dios por la verdad de lo que afirma. Es algo similar a su aseveración o juramento en el ver. 10 de este capítulo; 2 Corintios 11:10 véase también Romanos 9:5 y Gálatas 1:20 . Y de estos y otros lugares aprendemos que el apóstol pensó que era correcto confirmar sus afirmaciones en estas ocasiones particulares. Pero aquí no hay nada que permita jurar profanamente, o tomar el nombre de Dios en vano, como hacen muchos en las exclamaciones, cuando se sorprenden, o al oír algo inesperado, etc. y como hacen otros que, conscientes de su propia falsedad, tratan de ganar crédito apelando a Dios por la verdad de lo que dicen. La apelación de San Pablo a Dios está en el mismo espíritu que su oración más ferviente. Esta solemne apelación la hace el apóstol en referencia a lo que menciona en los versículos siguientes. Se trata de un hecho que aún no era conocido por todos.

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