Dios conoce todos los trabajos, sacrificios y pruebas de los ministros fieles; y es un gran consuelo cuando pueden con sinceridad apelar a él por la verdad de sus declaraciones, la benevolencia de sus planes y la fidelidad de sus esfuerzos. Aunque aquí puedan ser vituperados, vilipendiados, perseguidos y asesinados, Él se acordará de ellos en el día en que haga sus joyas, y manifestará su justicia como la luz y su juicio como el mediodía.

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