Verso Hechos 15:17. Para que el resto de los hombres busque... En lugar de esto, el hebreo tiene, Para que puedan poseer el resto de Edom. Ahora bien, es evidente que, en la copia de la que tradujeron los Setenta, encontraron ידרשו yidreshu, podrán buscar, en lugar de יירשו yireshu, podrán poseer, donde toda la diferencia entre las dos palabras es el cambio de la י yod por una ד daleth, que podría hacerse fácilmente; y encontraron אדם adam, hombre, u hombres, en lugar de אדום Edom, los idumeos, que difiere de la otra sólo por la inserción de ו vau entre las dos últimas letras. Ninguno de los manuscritos cotejados por Kennicott y De Rossi confirma estas lecturas, en las que coinciden la Septuaginta, el árabe y Santiago. Sin embargo, muestra que incluso en Jerusalén, y en la primera parte de la era apostólica, la versión de la Septuaginta se citaba con preferencia al texto hebreo; o, lo que es lo mismo, se citaba en casos en los que habríamos pensado que se debería haber preferido el texto hebreo, porque se entendía mejor. Pero es evidente que Dios estaba preparando el camino del Evangelio al poner en circulación esta venerable versión, que iba a ser el medio de transmitir las verdades del cristianismo a todo el mundo gentil. Cuán preciosa debería ser esta augusta e importantísima versión para todo cristiano, y especialmente para todo ministro cristiano. Una versión sin la cual ningún hombre entendió o podrá entender críticamente el Nuevo Testamento. Y puedo añadir que, sin la ayuda proporcionada por esta versión, nunca podría haber habido una traducción correcta del texto hebreo, desde que esa lengua dejó de ser vernácula, a ningún idioma. Sin ella, incluso San Jerónimo habría podido hacer poco al traducir el Antiguo Testamento al latín; y la mayoría de los eruditos bíblicos saben cuánto deben todas las versiones modernas a la Vulgata de San Jerónimo, que tanto debe a la Septuaginta.

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