CAPÍTULO XLV

Profecía sobre Ciro, el primer rey de los persas.

Todo obstáculo será quitado de su camino, y los

tesoros arrebatados a sus enemigos serán inmensos, 1-3,

A quién, y por qué razón, Ciro estaba en deuda por su

maravilloso éxito, 4-6.

El profeta refuta la absurda opinión de los persas, según la cual

había dos seres supremos, uno malo y otro bueno,

representados por la luz y las tinieblas, que aquí se declara que son sólo

del Dios único y verdadero, 7;

y hace una transición a la mayor obra de Dios

manifestada en la dispensación del Evangelio, 8.

Gran impiedad de los que ponen en duda la misteriosa

providencia de Dios para con sus hijos, 9-12.

La parte restante de este capítulo, intercalada con

la idolatría y algunas alusiones a los oscuros 

oráculos mentirosos de los paganos, puede referirse en parte

a la liberacion iniciada por Ciro, pero sobre todo a la salvacion por el

Mesías, que, según se declara, será de alcance universal

y de duración eterna, 13-25.

 

NOTAS SOBRE EL CAP. XLV

Versículo Isaías 45:1 . Suelta los lomos de los reyes - "desciñe los lomos de los reyes". Isaías 5:27 .Jenofonte da la siguiente lista de las naciones conquistadas por Ciro: los sirios, asirios, árabes, capadocios, tanto los frigios, lidios, carios, fenicios, babilonios. Además, reinó sobre los bactrianos, los indios, los cilicios, los sacae paphlagones y los mariandyni. - Ciropo, lib. i. p. 4, Edit. Hutchinson, Quarto. Todos estos reinos él reconoce, en su decreto para la restauración de los judíos, que le han sido dados por Jehová, el Dios del cielo. Esdras 1:2 .

Para abrir ante él las puertas de dos hojas. -"Para que yo abra ante él las válvulas y no se cierren las puertas". Las puertas de Babilonia dentro de la ciudad que conducían de las calles al río, fueron providencialmente dejadas abiertas, cuando las fuerzas de Ciro entraron en la ciudad por la noche a través del canal del río, en el desorden general ocasionado por la gran fiesta que se celebraba entonces; de lo contrario, dice Heródoto, i. 191, los persas habrían sido encerrados en el lecho del río, y tomados como en una red, y todos destruidos. Y las puertas del palacio se abrieron imprudentemente por orden del rey, para preguntar cuál era la causa del tumulto en el exterior; cuando las dos partes al mando de Gobrias y Gadatas se precipitaron, se apoderaron del palacio y mataron al rey. - XENOFO, Ciropo vii, p. 528.

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