Verso 43. Gritó con gran voz... En Juan 5:25, n uestro Señor había dicho que llegaría el momento en que los muertos oirían la voz del Hijo de Dios y vivirían. Ahora cumple esa predicción, y grita en voz alta, para que la gente se dé cuenta, y vea que incluso la muerte está sujeta al mandato soberano de Cristo.

Jesucristo, dice Quesnel, no omitió nada para salvar a este muerto: sufrió la fatiga de un viaje, lloró, oró, gimió, clamó a gran voz, y ordenó a los muertos que salieran. ¡Qué no debería hacer un ministro para resucitar un alma, y especialmente un alma muerta desde hace mucho tiempo en los delitos y en los pecados!

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad