43. Lloró en voz alta. Al no tocar con la mano, sino solo llorar con la voz, su poder divino queda más plenamente demostrado. Al mismo tiempo, mantiene a nuestro juicio la eficacia secreta y sorprendente de su palabra. ¿Por qué Cristo restauró la vida a los muertos sino por la palabra? Y por lo tanto, al criar a Lázaro, exhibió una muestra visible de su gracia espiritual, que experimentamos todos los días por la percepción de la fe, cuando muestra que su voz da vida.

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