Verso 32. Y nadie recibe su testimonio... O bien, Y este su testimonio nadie lo quita. Es decir, el testimonio que Juan había dado a los judíos de que Jesús era el Mesías prometido. Nadie lo recoge. - No se ha encontrado a nadie que siga mis pasos y publique a los judíos que éste es el Cristo, el Salvador del mundo. Véase este sentido del original plenamente probado y reivindicado por Kypke in loc.

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