Verso Juan 5:3Ciegos, paralíticos, atrofiados... A estos el Códice Bezae, tres copias de la Itala, y ambas el Pérsico, añaden παραλυτικων, paralítico; pero probablemente se incluyen entre los atrofiados.

Esperando el movimiento de las aguas... Esta cláusula, con todo el cuarto versículo, falta en algunos MSS. y versiones; pero creo que no hay pruebas suficientes contra su autenticidad. Griesbach parece ser de la misma opinión, pues aunque ha marcado todo el pasaje con las notas de duda, lo ha dejado en el texto. Algunos han imaginado que la virtud sanadora se comunicaba a las aguas lavando en ellas las vísceras de las bestias que se ofrecían en sacrificio; y que el ángel no significaba más que un simple hombre enviado a remover desde el fondo este sedimento corrupto, que, al ser distribuido por el agua, los poros de la persona que se bañaba en ella eran penetrados por esta materia, y su desorden repelido. Pero este es un miserable cambio para deshacerse del poder y la bondad de Dios, construido sobre las más meras conjeturas, auto-contradictorio, y de todas formas tan improbable como insostenible. Nunca se ha probado satisfactoriamente que los sacrificios hayan sido lavados; y, aunque esto se probara, ¿quién puede demostrar que fueron lavados en el estanque de Betesda? Estas aguas sanaban a un hombre en un momento de cualquier enfermedad que tuviera. Ahora bien, no hay ninguna causa bajo el cielo que pueda hacer esto. Si sólo se hubiera curado un tipo de enfermedad aquí, podría haber habido alguna razón para esta conjetura deísta; pero no es el caso; y estamos obligados a creer la relación tal como está, y reconocer así el poder soberano y la misericordia de Dios, o tomar la huida desesperada de un infiel, y así deshacernos del pasaje por completo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad