Verso Lucas 18:12. Doy diezmos de todo lo que poseo... O, de todo lo que adquiero, κτωμαι. Raphelius ha observado bien que este verbo, en tiempo presente, significa adquirir - en el pretérito, poseer: el significado del fariseo parece ser: "En cuanto gano algo, doy la décima parte a la casa de Dios y a los pobres". Los que dedican cierta parte de sus ganancias al Señor no deben dejarla descansar en sí mismos, para que la posesión no produzca codicia. Esta era la justicia del fariseo, y el terreno sobre el que construía su esperanza de salvación final. La siguiente historia demuestra que los fariseos tenían una fuerte opinión de su propia justicia.

"Rabí Simeón, hijo de Jochai, dijo: El mundo entero no vale treinta personas justas, como nuestro padre Abraham. Si hubiera sólo treinta personas justas en el mundo, yo y mi hijo seríamos dos de ellas; pero si hubiera sólo veinte, yo y mi hijo seríamos del número; y si hubiera sólo diez, yo y mi hijo seríamos del número; y si hubiera sólo cinco, yo y mi hijo seríamos de los cinco; y si hubiera sólo dos, yo y mi hijo seríamos esos dos; y si hubiera sólo uno, yo mismo sería ese uno." Bereshith Rabba, s. 35, fol. 34. Esta es una muestra genuina del orgullo farisaico. No es de extrañar que nuestro Señor los acusara de orgullo y de vana gloria: estaban lejos de la humildad y, en consecuencia, lejos de la justicia.

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