Verso 36. Sed, pues, misericordiosos...  O, compasivo; οικτιρμινες, de οικτος, conmiseración, que los etimólogos derivan de εικω dar lugar, ceder, porque concedemos fácilmente aquellas cosas que son necesarias a aquellos a quienes compadecemos. Como Dios está siempre dispuesto a dar toda la ayuda y el apoyo necesarios a los que son miserables, así sus seguidores, al estar influenciados por el mismo espíritu, son fáciles de suplicar, y están en todo momento dispuestos a contribuir al máximo de su poder para aliviar o eliminar las miserias de los afligidos. Un hombre misericordioso o compasivo olvida fácilmente las injurias; las perdona sin que se le solicite; y no permite que las repetidas ingratitudes le disuadan de hacer el bien, incluso a los ingratos y a los impíos. Mateo 5:7 Mateo 5:7.

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