Verso Mateo 24:22. A menos que esos días se acorten...  Josefo calcula que el número de los que perecieron en el asedio fue de mil cien, además de los que fueron asesinados en otros lugares, GUERRA, b. vi. c. 9; y si los romanos hubieran seguido destruyendo de esta manera, toda la nación de los judíos habría sido extirpada por completo en poco tiempo; pero, por el bien de los elegidos, los judíos, para que no fueran destruidos por completo, y por los cristianos en particular, los días fueron acortados. Estos, en parte por la furia de los zelotes por un lado, y el odio de los romanos por el otro; y en parte por la dificultad de subsistir en las montañas sin casas ni provisiones, con toda probabilidad habrían sido todos destruidos, ya sea por la espada o el hambre, si los días no se hubieran acortado. Los propios sitiados contribuyeron a acortar esos días con sus divisiones y matanzas mutuas, y abandonando fatalmente sus fortalezas, donde nunca habrían podido ser sometidos, sino por el hambre. Tan bien fortificada estaba Jerusalén, y tan bien provista para resistir un asedio, que el enemigo de fuera no habría podido prevalecer, de no ser por las facciones y sediciones de dentro. Cuando Tito estaba viendo las fortificaciones después de la toma de la ciudad, no pudo evitar atribuir su éxito a Dios. "Hemos luchado", dijo, "con Dios de nuestra parte; y es Dios quien ha sacado a los judíos de estas fortalezas: pues ¿de qué podrían servir las máquinas o las manos de los hombres contra torres como éstas?" GUERRA, b. vi. c. 9.

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