Versículo 18. Ellos - no sirven a nuestro Señor Jesús... Profesan ser apóstoles, pero no son apóstoles de CRISTO; no hacen su voluntad, ni predican su doctrina; sirven a su propio vientre - se inmiscuyeron por odio en la Iglesia de Cristo para obtener un apoyo secular; es sólo para obtener ganancias mundanas que toman la profesión del ministerio: no tienen credenciales divinas; no convierten a los paganos ni a los impíos, porque no tienen la unción divina; sino que con buenas palabras y discursos bonitos (porque no tienen poderes milagrosos ni salvadores) engañan a los corazones de los simples, pervirtiendo a los cristianos convertidos, para poder obtener su propiedad, y así asegurarse un mantenimiento para ellos mismos. La Iglesia de Dios siempre ha tenido problemas con tales pretendidos pastores, hombres que se alimentan a sí mismos, no al rebaño; hombres que son demasiado orgullosos para mendigar, y demasiado perezosos para trabajar; que no tienen ni gracia ni dones para plantar el estandarte de la cruz en los territorios del diablo, y por el poder de Cristo hacer incursiones en su reino, y despojarlo de sus súbditos. Por el contrario, sembrando la semilla de la disensión, por medio de disputas dudosas, y la propagación de escándalos; por medio de discursos deslumbrantes e insinuantes, χρηστολογιας, ya que afectan la elegancia y la buena crianza, desgarran las congregaciones cristianas, forman un partido para sí mismos, y así viven del botín de la Iglesia de Dios.

Si se preguntara: ¿A quiénes te refieres con esta descripción? Yo respondo: A ningún alma, ni a ningún partido, sino a aquellos a los que les conviene la descripción. ¿Irasceris? - De TE fabula narratur. Oh, estás enfadado, ¿verdad? Oh, entonces, la gorra te queda bien, póntela.

 

¿Debería preguntarse, a quién se refiere con esta descripción? Respondo: Sin alma , ni fiesta , sino como conviene a la descripción. Irasceris.? - De TE fabula narratur . Oh, estás enojado, ¿verdad? Oh, entonces, la gorra te queda bien, póntela.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad