(17) Sabemos que todo aquel que es nacido de Dios no peca; pero el que es engendrado de Dios se guarda a sí mismo, y el maligno no le toca.

(17) Una razón por la que no todos, o más bien ningún pecado es mortal para algunos: es decir, porque son nacidos de Dios, es decir, hechos hijos de Dios en Cristo, y terminados por su Espíritu, no sirven al pecado, ni son heridos de muerte por Satanás.

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