(9) Pero no quiero que ignoréis, hermanos, (10) acerca de los (11) que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza.

(9) La tercera parte de la epístola, que se mezcla entre las exhortaciones anteriores (a las que regresa después), en la que habla del duelo por los muertos, y la manera de la resurrección y de los últimos días.

(10) Debemos tener cuidado de no llorar inmoderadamente por los muertos, es decir, como lo hacen los que piensan que los muertos han perecido por completo.

(11) Una confirmación: porque la muerte no es más que un sueño del cuerpo (porque habla de los fieles) hasta que venga el Señor.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad