Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; continúa en ellos; porque haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyen.

(h) La fe es por el oír, y el oír por la predicación: y por eso se dice que los ministros de la palabra se salvan a sí mismos ya los demás, porque en ellos el Señor ha puesto la palabra de reconciliación.

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