(2) Hablar miente en (b) hipocresía; tener su (c) conciencia cauterizada con un hierro candente;

(2) Aunque los herejes pretenden la santidad tanto, no tienen conciencia.

(b) Porque, por así decirlo, practicarán el arte de las personas y los jugadores disfrazados, de modo que no pensemos que estarán al acecho en algún rincón o que guarden alguna semejanza de vergüenza.

(c) Cuya conciencia se volvió tan dura, que se volvió insensible sobre ella, y por lo tanto llegó a tener un chancro, y ahora por fin requirió por necesidad ser quemado con un hierro candente.

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