(13) Si algún hombre o mujer creyente tiene viudas, que las releve, y que no se impute a la iglesia; para que alivie a los que en verdad son viudas.

(13) La sexta regla: que los fieles ayuden a sus viudas a sus propias expensas tanto como puedan, y no permitan que la congregación se cargue con estos gastos.

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