16 Si hay algún creyente. Como es costumbre que cada uno voluntariamente arroje sus propias cargas a toda la Iglesia, por esta razón, le ordena expresamente que se proteja contra ellos. Él habla de creyentes que deberían mantener a sus viudas; porque, en cuanto a las viudas que renunciaron a una relación perversa, era apropiado que la Iglesia las recibiera. Y si actúan como una parte pecaminosa, quienes, ahorrándose a sí mismos, permiten que la Iglesia cargue con gastos, aprendamos de esto en qué sacrilegio agravado están involucrados, quienes, por fraude o robo, profanan lo que una vez estuvo dedicado a los Iglesia.

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