Ahora (1) Yo mismo Pablo os suplico por la mansedumbre y (a) la mansedumbre de Cristo, que en presencia [soy] vil entre vosotros, pero estando ausente soy valiente para con vosotros:

(1) Vuelve a la defensa de su apostolado, pero de tal manera que usa su autoridad en su defensa: porque les advierte con seriedad y gravedad, utilizando también terribles amenazas, que se muestren como los que pueden ser instruido. Y vilipendia a ciertos hombres orgullosos que no le dieron mejor consideración que a un orgulloso fanfarrón, porque solía ser agudo contra ellos cuando estaba ausente, porque no veían en él una gran majestad a la manera de los hombres; y además, había demostrado su gentileza, aunque en su ausencia les había escrito con dureza.

Por tanto, en primer lugar profesa ser manso y moderado, pero según el ejemplo de Cristo; pero si todavía siguen despreciando su mansedumbre, les protesta que les mostrará en verdad hasta qué punto están engañados los que juzgan el oficio de un apóstol de la misma manera que juzgan los oficios mundanos, es decir, según la apariencia exterior.

(a) Esa naturaleza que se inclina a la misericordia, más que al rigor de la justicia.

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