(15) [Esto] digo entonces: Andad en el Espíritu, y no satisfaceréis los deseos de la carne.

(15) Reconoce la gran debilidad de los piadosos, porque son regenerados en parte; pero los exhorta a recordar que están dotados del Espíritu de Dios, que los ha librado de la esclavitud del pecado, y por tanto de la Ley, por cuanto es poder del pecado, para que no se entreguen a las concupiscencias.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad