Pero Pedro, poniéndose de pie con los once, alzó la voz y les dijo: Varones de Judea, y todos los que moramos en Jerusalén, esto os sea conocido, y oíd ​​mis palabras:

(h) Debe destacarse la santidad de Pedro, en la que se ve la gracia del Espíritu Santo, incluso desde el principio.

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