De quien no tengo nada seguro que escribir a mi (f) señor. Por tanto, lo he traído delante de ti, y especialmente delante de ti, oh rey Agripa, para que, después de haberlo examinado, tenga algo que escribir.

(f) A Augusto. Los buenos príncipes rechazaron este nombre al principio, es decir, ser llamados señores, pero luego lo permitieron, como leemos de Traiano.

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