(11) Y el ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.

(11) Cristo, que llama libremente a quien quiere, utiliza ahora a Felipe, que no pensaba en tal cosa, para instruir y bautizar inesperadamente al eunuco, y así extiende los límites de su reino hasta Etiopía.

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