El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él.

(k) Me mostraré a él y seré conocido por él, como si me viera con sus ojos; pero esta manifestación de sí mismo no es corporal, sino espiritual, pero tan clara que ninguna otra manifestación podría ser más evidente.

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