(8) Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí.

(8) Seguramente nos resistiremos a la ira de los impíos por el testimonio interno del Espíritu Santo. Pero el Espíritu Santo no habla de otra manera y es consistente con lo que habló por boca de los apóstoles.

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