Pero cuando llegue el Consolador: "Sin embargo, para vuestro ánimo, os aseguro que todos ellos no seguirán obstinadamente inclinados contra mí y mi religión. Cuando el que ha de consolaros en todos vuestros problemas con su divina inspiración y la ayuda que os proporcionará, y quien, por ello, es justamente llamado el Consolador; cuando venga esta Persona divina, a quien hallaré del Padre para que permanezca siempre con vosotros, él dará testimonio de mí y a mi religión tan eficazmente, que muchos de los judíos se convertirán ". Nuestro Señor dice de este Espíritu de verdad que procede, - εκπορευεται, - del Padre: que denota la eterna procesión del Espíritu Santo;por lo que se define la manera de su subsistencia, como la del Hijo con la palabra generación, en la medida en que tal vez pueda serlo para nosotros en este estado mortal. La venida del Espíritu y el ser enviado por nuestro Señor, del Padre, para testificar de él, son caracteres personales y claramente lo distinguen del Padre y del Hijo: y su título, como el Espíritu de verdad, junto con su procedencia del Padre, no se puede aplicar a nadie más que a un divinopersona: porque este título es demasiado alto para una criatura; y no veo ninguna razón suficiente por la que se menciona su proceder del Padre en tiempo presente, en medio de una oración, donde se habla de que Cristo lo envió y su testimonio de Cristo, como futuro; a menos que sea para insinuar su procesión necesaria, sin comienzo y sin fin del Padre, de una manera tan sublime que está más allá del alcance de todas nuestras ideas, pero que de alguna manera responde a lo que se llama generación eterna con respecto a Cristo, en correspondencia con su carácter de Hijo; y, sin embargo, que el Espíritu Santo procede del Hijo así como del Padre, se puede argumentar justa, clara y plenamente por el hecho de que se le llama Espíritu de Cristo y Espíritu del Hijo, así como del Padre, (1 Pedro 1:11 . Gálatas 4:6 ) Y de que aquí se dice que fue enviado por Cristo del Padre, así como enviado por el Padre en su nombre, cap.

Juan 14:26 . Y esto, al mismo tiempo, muestra la igual divinidad del Padre y del Hijo, en la medida en que tienen el mismo poder de enviar al Espíritu Santo para que lleve la parte peculiar y para tener la gloria que le pertenece, en la obra de salvación. : de modo que los Tres Sagrados están aquí representados tanto en su carácter personal como en sus glorias divinas y económicas.

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