Como el lirio entre los espinos, así es mi amor entre las hijas.

Pero cualquier oscuridad que se encuentre en el versículo anterior al que pertenecen las palabras, no puede haber ninguna aquí. Evidentemente, Jesús está hablando aquí de su iglesia, y mediante una comparación con todas las demás para señalar su superioridad; y en su gracia y amor, lo ha hecho de la manera más bondadosa y bendita. Y observe cómo el Señor se expresa: Él llama a su iglesia como él mismo se llama, un lirio: como para expresar la unidad entre ellos: y no sólo la unidad y la unión, sino el interés; porque es esto lo que da toda la belleza y el encanto a la iglesia, su conformidad y semejanza con Jesús: y por esto ella se distingue entre todas las demás; porque así como se hace que la hermosura del lirio parezca más sorprendente cuando se la contempla en medio de las espinas; por lo que la iglesia de Cristo y cada creyente individual,

Haz una pausa, lector, antes de que se descarte este versículo y comenta conmigo el amor y la ternura de Jesús por su iglesia. Aunque habita entre zarzas y espinas, en sus ojos es todavía el lirio. Ella escucha su nombre: es reconocida como su amor, y Jesús la mira con ojos de deleite, y nunca la dejará, hasta que él venga a sacarla de las espinas y zarzas del desierto de este mundo al granero de su paraíso que está arriba.

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