Si el Profeta está aquí hablando de cosas generales, el conjunto se adaptará a todos los tiempos, en la Iglesia. La fidelidad de Dios es la misma: la eficacia de la sangre y la justicia de Cristo, la misma: y el bendito efecto de ambas, la misma, en la mente de la gente. Cuando Jehová se levanta en gracia sobre el corazón de sus redimidos, ¡cómo es exaltado en gloria a la vista de ellos!

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