REFLEXIONES

¿Cómo podemos mejorar mejor la lectura de este Capítulo, que considerando nuestros privilegios, a quienes no solo se le da un rollo de un libro de los tratos bondadosos de Dios con su pueblo, sino que ha llegado el glorioso evangelio del Dios siempre bendito? y con plenitud de luz, vida y salvación, para que todos los que están en tinieblas y sombra de muerte oigan y conozcan el gozoso sonido, y sean llevados a caminar a la luz del semblante de Dios.

¡Bendito Señor Jesús! ¿Qué te daremos por tu misericordiosa gracia para con nosotros? No sólo enviaste a tus Jeremías ya tus Baruc para que escribieran a tu pueblo las benditas palabras que salieron de tu boca; pero tú has venido, del seno del Padre, lleno de gracia y de verdad, una luz para alumbrar a los gentiles, y para ser la gloria de tu pueblo Israel.

¡Oh Señor! añade una bendición a tu misión y santifica tu palabra para el gran propósito de la salvación. Señor, que no sea solo para tu pueblo, que pueda ser para que escuchen y obedezcan tu palabra; pero haz que sea, para que estén dispuestos en el día de tu poder. Señor, dales oído que oye, ojo que ve, corazón que recibe y que cree. ¡Oh! para que tu palabra venga en todo tiempo con poder a tus redimidos, para que sea sabor de vida para vida; y mostrarse eminentemente, la palabra injertada que puede salvar el alma. Amén.

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