REFLEXIONES

¡LECTOR! usted y yo obtendremos mejoras muy dulces de este capítulo, si, bajo la enseñanza de Dios el Espíritu Santo, descubrimos nuestro interés personal en él, y en medio de todas las oposiciones con las que nos encontramos por parte de los enemigos de nuestra salvación, como Nehemías, aprender dónde está nuestra fuerza, y de dónde se puede derivar la ayuda. Estamos construyendo para la eternidad y hay muchos enemigos que obstruyen nuestro progreso.

Pero si nuestro fundamento es Jesús; y si el que fundó Sión nos da, por su Espíritu Santo, para que descansemos todo sobre esta preciosa Piedra Angular, entonces la promesa es segura, nunca seremos avergonzados ni confundidos, por los siglos de los siglos. ¡Lector! ¿Estás así comprometido? ¿Es Cristo tu fundamento? ¿Has puesto tu descanso sobre él profundo y firme? ¿Ha dejado todas las demás bases? ¿De todo corazón y cordialmente, depositas sobre él todo el peso de tu salvación? ¿Vives sobre él, actúas con fe diariamente, cada hora, sobre él? ¿No solo vives de Jesús, sino que vives para Jesús? Estas son preguntas conmovedoras.

Pero si el Señor te capacita para edificar sobre Cristo, confía en él, desafiando toda oposición, el que te capacitó para comenzar, te ayudará a completar; y la piedra superior será finalmente traída a casa con gritos, clamando: Gracia, gracia a ella. Que se levanten mil Sanballats, o se burlen diez mil Tobías; sin embargo, el que está contigo es más que todos los que están contra ti. El Señor fundó Sion, y los pobres de su pueblo confiarán en ella. Adelante, pues, con la fuerza del Señor; clamando en las palabras del profeta; ¿Quién eres tú, oh gran monte? delante de nuestra Zorobabel serás una llanura.

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