Los necios se burlan del pecado, pero entre los justos hay favor.

Este es un verso dulce y completamente explicado por cada alma bondadosa en sus propios sentimientos. ¡Quién conoce las transacciones secretas entre Dios y el alma a causa del pecado! ¿Quién resumirá los dolores de una conciencia herida? ¿Y quién es competente para describir la dulce relación entre Cristo y el alma, cuando, a través de las operaciones del Espíritu Santo, tiene lugar toda esa comunión rica y gozosa del corazón, que eleva el alma a los mismos suburbios del cielo?

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