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Aquí hay una continuación más del mismo himno de alabanza. El salmista, en una hermosa gradación, llama a toda la creación a unirse al cántico.

Salmo 148:1

El escritor inspirado, después de abrir el Salmo con Aleluya, se propone llamar a todos los rangos de la creación a unirse a él en alabanza. Comienza con los cielos mismos, esas partes inanimadas del sistema de Dios. Aquí (dice él) sea alabado Jehová. Y ciertamente lo elogian. Salmo 19:1 .

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