• Habacuc 2:5

    Y aunque el traidor se enriquezca, no prosperará el hombre arrogante. Ensanchará su garganta como el Seol; será como la muerte y no se saciará. Reúne hacia él todas las naciones; congrega hacia él todos los pueblos.

  • Habacuc 2:6

    Pero, ¿no han de levantar todos estos la voz contra él con refranes y sarcasmos? Le dirán: “¡Ay del que multiplica lo que no es suyo! ¿Hasta cuándo ha de amontonar sobre sí las prendas empeñadas?”.

  • Habacuc 2:7

    »¿No se habrán de levantar súbitamente tus acreedores y se despertarán los que te opriman y serás para ellos objeto de rapiña?

  • Habacuc 2:8

    Porque has despojado a muchas naciones, todos los demás pueblos te despojarán a ti, a causa de la sangre humana y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que habitaban en ellas.

  • Habacuc 2:9

    »¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, poniendo en alto su nido para escaparse de mano de la calamidad!

  • Habacuc 2:10

    Has tomado consejo vergonzoso para tu casa; has arruinado a muchos pueblos y has corrompido tu vida.

  • Habacuc 2:11

    Por eso la piedra clamará desde el muro, y la viga del enmaderado le responderá.

  • Habacuc 2:12

    »¡Ay del que edifica la ciudad con sangre y del que establece la aldea con iniquidad!

  • Habacuc 2:13

    ¿Acaso esto no proviene del SEÑOR de los Ejércitos? Los pueblos habrán trabajado para el fuego y las naciones se habrán fatigado para nada.

  • Habacuc 2:14

    Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria del SEÑOR, como las aguas cubren el mar.

  • Habacuc 2:15

    »¡Ay del que da de beber a su compañero del cáliz de su ira y lo embriaga para mirar su desnudez!

  • Habacuc 2:16

    Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también y atúrdete. La copa que está en la mano derecha del SEÑOR se volverá contra ti y la desgracia caerá sobre tu gloria.

  • Habacuc 2:17

    Porque sobre ti caerá la violencia hecha al Líbano, y el despojo de las fieras te abatirá a causa de la sangre humana y de la violencia hecha a la tierra, a las ciudades y a todos los que habitaban en ellas.

Continúa después de la publicidad