• Jeremias 17:5

    Así ha dicho el SEÑOR: “Maldito el hombre que confía en el hombre, que se apoya en lo humano y cuyo corazón se aparta del SEÑOR.

  • Jeremias 17:6

    Será como la retama en el Arabá; no verá cuando venga el bien, sino que morará en los pedregales del desierto, en tierra salada e inhabitable.

  • Jeremias 17:7

    “Bendito el hombre que confía en el SEÑOR, y cuya confianza es el SEÑOR.

  • Jeremias 17:8

    Será como un árbol plantado junto a las aguas y que extiende sus raíces a la corriente. No temerá cuando venga el calor, sino que sus hojas estarán verdes. En el año de sequía no se inquietará ni dejará de dar fruto.

  • Jeremias 17:9

    “Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y sin remedio. ¿Quién lo conocerá?

  • Jeremias 17:10

    Yo, el SEÑOR, escudriño el corazón y examino la conciencia, para dar a cada hombre según su camino y según el fruto de sus obras.

  • Jeremias 17:11

    “Como la perdiz, que incuba lo que no puso, es el que acumula riquezas, pero no con justicia. En la mitad de sus días las dejará, y en su postrimería resultará ser un insensato.

  • Jeremias 17:12

    “Trono de gloria, sublime desde el principio, es el lugar de nuestro santuario.

  • Jeremias 17:13

    Oh SEÑOR, esperanza de Israel, todos los que te abandonan serán avergonzados, y los que se apartan de ti serán inscritos en el polvo; porque han abandonado al SEÑOR, la fuente de aguas vivas”.

  • Jeremias 17:14

    Sáname, oh SEÑOR, y seré sano. Sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

  • Jeremias 17:15

    He aquí que ellos me dicen: “¿Dónde está la palabra del SEÑOR? ¡A ver, pues, que se cumpla!”.

  • Jeremias 17:16

    Pero yo no he insistido detrás de ti para traer el daño ni he anhelado el día de la calamidad; tú lo sabes. Lo que ha salido de mi boca fue en tu presencia.

  • Jeremias 17:17

    No me causes terror; tú eres mi refugio en el día del mal.

  • Jeremias 17:18

    Avergüéncense los que me persiguen, y no me avergüence yo. Atemorícense ellos, y no me atemorice yo. Trae sobre ellos el día del mal, y quebrántalos con doble quebrantamiento.

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