• Juan 11:27

    Le dijo: — Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.

  • Juan 11:28

    Y cuando hubo dicho esto, fue y llamó en secreto a su hermana María diciendo: — El Maestro está aquí y te llama.

  • Juan 11:29

    Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y fue a donde él estaba;

  • Juan 11:30

    pues Jesús todavía no había llegado a la aldea sino que estaba en el lugar donde Marta lo había encontrado.

  • Juan 11:31

    Entonces, los judíos que estaban en la casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron porque pensaban que iba al sepulcro a llorar allí.

  • Juan 11:32

    Luego, cuando María llegó al lugar donde estaba Jesús y lo vio, se postró a sus pies diciéndole: — Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.

  • Juan 11:33

    Entonces Jesús, al verla llorando y al ver a los judíos que habían venido junto con ella también llorando, se conmovió en espíritu y se turbó.

  • Juan 11:34

    Y dijo: — ¿Dónde lo han puesto? Le dijeron: — Señor, ven y ve.

  • Juan 11:35

    Jesús lloró.

  • Juan 11:36

    Entonces dijeron los judíos: — Miren cómo lo amaba.

  • Juan 11:37

    Pero algunos de ellos dijeron: — ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, hacer también que Lázaro no muriese?

  • Juan 11:38

    Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta una piedra contra la entrada.

  • Juan 11:39

    Jesús dijo: — Quiten la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: — Señor, hiede ya porque tiene cuatro días.

  • Juan 11:40

    Jesús le dijo: — ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?

  • Juan 11:41

    Luego quitaron la piedra, y Jesús alzó los ojos arriba y dijo: — Padre, te doy gracias porque me oíste.

  • Juan 11:42

    Yo sabía que siempre me oyes pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.

  • Juan 11:43

    Habiendo dicho esto, llamó a gran voz: — ¡Lázaro, ven fuera!

  • Juan 11:44

    Y el que había estado muerto salió, atados los pies y las manos con vendas, y su cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: — Desátenlo y déjenlo ir.

  • Juan 11:45

    Muchos de los judíos que habían venido a María y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

  • Juan 11:46

    Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.

  • Juan 11:47

    Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron al Sanedrín y decían: — ¿Qué hacemos? Pues este hombre hace muchas señales.

  • Juan 11:48

    Si lo dejamos seguir así todos creerán en él; y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar y nuestra nación.

  • Juan 11:49

    Entonces uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote en aquel año, les dijo: — Ustedes no saben nada;

  • Juan 11:50

    ni consideran que les conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación.

  • Juan 11:51

    Pero esto no lo dijo de sí mismo sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

  • Juan 11:52

    y no solamente por la nación sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban esparcidos.

  • Juan 11:53

    Así que, desde aquel día resolvieron matarle.

  • Juan 11:54

    Por lo tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos sino que se fue de allí a la región que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y estaba allí con sus discípulos.

  • Juan 11:55

    Ya estaba próxima la Pascua de los judíos, y muchos subieron de esa región a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse.

  • Juan 11:56

    Buscaban a Jesús y se decían unos a otros, estando en el templo: — ¿Qué les parece? ¿Que tal vez ni venga a la fiesta?

  • Juan 11:57

    Los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que si alguno supiera dónde estaba, lo informara para que lo tomaran preso.

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