• Lamentaciones 2:10

    Se sentaron en tierra y quedaron en silencio los ancianos de la hija de Sion. Echaron polvo sobre su cabeza, y se vistieron de cilicio. Bajaron su cabeza a tierra las vírgenes de Jerusalén.

  • Lamentaciones 2:11

    Se agotan mis ojos a causa de las lágrimas; mis entrañas hierven.Mi corazón se derrama por tierra a causa de la ruina de la hija de mi pueblo, mientras el niño pequeño y el que mama desfallecen en las calles de la ciudad.

  • Lamentaciones 2:12

    A sus madres dicen: “¿Dónde están el trigo y el vino?”, mientras desfallecen como heridos en las calles de la ciudad, mientras derraman sus vidas en el regazo de sus madres.

  • Lamentaciones 2:13

    ¿A qué te compararé?. ¿A qué te haré semejante, oh hija de Jerusalén? ¿A qué te haré igual a fin de consolarte, oh virgen hija de Sion? Porque grande como el mar es tu quebranto. ¿Quién te podrá sanar?

  • Lamentaciones 2:14

    Tus profetas vieron para ti visiones vanas y sin valor. No expusieron tu pecado para así evitar tu cautividad, sino que vieron para ti visiones proféticas vanas y engañosas.

  • Lamentaciones 2:15

    Aplaudían contra ti todos los que pasaban por el camino. Silbaban y sacudían su cabeza ante la hija de Jerusalén, diciendo: “¿Es esta la ciudad de la cual decían que era perfecta en hermosura, el gozo de toda la tierra?”.

  • Lamentaciones 2:16

    Abrían su boca contra ti todos tus enemigos. Silbaban y rechinaban los dientes diciendo: “¡La hemos destruido! Ciertamente este es el día que esperábamos; ¡lo hemos alcanzado, lo hemos visto!”.

  • Lamentaciones 2:17

    Ha hecho el SEÑOR lo que se había propuesto; ha ejecutado su palabra. Como lo había decretado desde tiempos antiguos, destruyó y no tuvo compasión. Ha hecho que el enemigo se alegre a causa de ti; ha enaltecido el poder de tus adversarios.

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