• Mateo 26:57

    Los que habían prendido a Jesús lo llevaron ante Caifás, el sumo sacerdote, donde los escribas y los ancianos se habían reunido.

  • Mateo 26:58

    Y Pedro le seguía de lejos hasta el patio de la casa del sumo sacerdote. Habiéndose metido adentro, estaba sentado con los guardias para ver cómo terminaba aquello.

  • Mateo 26:59

    Los principales sacerdotes, los ancianos y todo el Sanedrín buscaban falso testimonio contra Jesús, para que le entregaran a muerte.

  • Mateo 26:60

    Pero no lo hallaron, a pesar de que se presentaron muchos testigos falsos. Por fin se presentaron dos

  • Mateo 26:61

    y dijeron: — Este dijo: “Puedo derribar el templo de Dios y edificarlo en tres días”.

  • Mateo 26:62

    Se levantó el sumo sacerdote y le dijo: — ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti?

  • Mateo 26:63

    Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo: — ¡Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!

  • Mateo 26:64

    Jesús le dijo: — Tú lo has dicho. Además les digo: De aquí en adelante verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo en las nubes del cielo.

  • Mateo 26:65

    Entonces el sumo sacerdote rasgó su vestidura diciendo: — ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo, ustedes han oído la blasfemia.

  • Mateo 26:66

    ¿Qué les parece? Y ellos respondiendo dijeron: — ¡Es reo de muerte!

  • Mateo 26:67

    Entonces le escupieron en la cara y le dieron puñetazos, y otros le dieron bofetadas

  • Mateo 26:68

    diciendo: — ¡ Profetízanos, Cristo! ¿Quién es el que te golpeó?

  • Mateo 26:69

    Pedro estaba sentado afuera en el patio, y se le acercó una criada diciendo: — ¡Tú también estabas con Jesús el galileo!

  • Mateo 26:70

    Pero él lo negó delante de todos diciendo: — No sé lo que dices.

  • Mateo 26:71

    Pero cuando él salió a la puerta, otra criada le vio y dijo a los que estaban allí: — Este estaba con Jesús de Nazaret.

  • Mateo 26:72

    Y otra vez negó con juramento: — Yo no conozco al hombre.

  • Mateo 26:73

    Y poco después se acercaron los que estaban por allí y dijeron a Pedro: — Verdaderamente, tú también eres de ellos, porque aun tu modo de hablar te descubre.

  • Mateo 26:74

    Entonces comenzó a maldecir y a jurar: — ¡No conozco al hombre! En seguida cantó el gallo,

  • Mateo 26:75

    y Pedro se acordó de la palabra de Jesús que le había dicho: “Antes que cante el gallo, tú me negarás tres veces”. Y saliendo fuera, lloró amargamente.

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